Tamara Al Samerraei
Nacida en Kuwait en 1977, Tamara Al-Samerraei es una pintora que vive y trabaja en Beirut. Se licenció en Bellas Artes por la Universidad Libanesa Americana de Beirut en 2002, y después participó en la primera edición del Home Workspace Program en Ashkal Alwan (2011-2012), en Beirut. Sus exposiciones individuales incluyen: Promise You Made, Marfa', Beirut (2023); Outland, Le Centre Intermondes, La Rochelle (2022); What Floats in Space, Marfa' Projects, Beirut (2019); Let Me Stay a Little Longer, Marfa' Projects, Beirut (2015-2016); Make Room for Me, Gypsum Gallery, El Cairo (2014); Fleeting Fences (2011) y Something White (2008), Agial Art Gallery, Beirut.
También ha participado en varias exposiciones colectivas y dobles, entre ellas: Intimate Garden Scene (In Beirut), Ashkal Alwan Homeworks 9, Musée Sursock, Beirut (2024); The Cheating Hand of Randomness, Gypsum, El Cairo (2021); Fondu Re-Enchaîné, L'Atlas Galerie des Mondes, París (2022); Hospitalités - FIAC, InSitu Fabienne Leclerc, París (2020); Heavenly Beings: Neither Human Nor Animal, Museo de Arte Contemporáneo Metelkova +MSUM, Liubliana (2018); Home Beirut: Sounding the Neighbours, Museo MAXXI, Roma (2017); Tamawuj - Bienal de Sharjah 13, Sharjah (2017); Play The Possum, Gypsum Gallery, El Cairo (2016); y On Water, Rosemary and Mercury, Homeworks 7, Beirut (2015).

"Open Studio" presenta obras de Tamara Al-Samerraei que continúan su práctica artística explorando la memoria, la ausencia y los paisajes emocionales de los espacios cotidianos.
En los últimos cinco años, Al-Samerraei ha transformado lugares geográficamente variados en estudios improvisados. Estas viviendas temporales se convierten en los temas de sus pinturas: aparecen activas o vacías, sembradas de trabajos inacabados y huellas de obras pasadas en sus paredes. El artista reproduce los vestigios de una vida anterior y un espacio de trabajo precario.
En estos estados de transición, Tamara Al-Samerraei también se siente atraída por estructuras abandonadas, parecidas a chozas, que le resultan extrañamente familiares, como fantasmas del hogar perfecto que imaginaba de niña. La artista intenta reconstruir su vínculo con esa visión infantil del hogar. Realiza una especie de sesión de espiritismo utilizando la fotografía como medio. Al-Samerraei empezó a crear dibujos y pinturas a partir de fotos tomadas por ella misma, pero también de otras vistas a través de los ojos de amantes ausentes.
El proceso creativo de estas obras es fluido y cambiante. Navega entre la fotografía, el dibujo, la pintura y las formas tridimensionales, reflejando el vaivén entre familiaridad y extrañeza en su búsqueda del significado de "hogar" durante periodos transitorios de desplazamiento.
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